DOI 10.35381/noesisin.v7i14.392
Competencias de los investigadores sociales: Una revisión sistemática de la literatura
Competencies of social researchers: A systematic review of the literature
Aracely Jacqueline Mendoza-Vega
jacquelinemendozavega@gmail.com
Fundación Koinonía, Guayaquil, Guayas
Ecuador
https://orcid.org/0000-0001-7071-4357
Mercy Miriam Moran-Barrionuevo
mercym.moran@educacion.gob.ec
Universidad César Vallejo, Piura, Piura
Perú
https://orcid.org/0000-0003-0010-6465
Virginia Verónica Meza-Aroca
Universidad de Guayaquil, Guayaquil, Guayas
Ecuador
https://orcid.org/0009-0009-0673-1780
Milton Joel Briones-Castro
milton.brio.23@gmail.com
Universidad de Guayaquil, Guayaquil, Guayas
Ecuador
https://orcid.org/0009-0001-4759-1499
Revisado: 12 de abril 2025
Aprobado: 15 de junio 2025
Publicado: 01 de julio 2025
RESUMEN
El presente estudio tuvo como objetivo analizar las competencias fundamentales que deben desarrollar los investigadores sociales en el contexto académico y profesional. Se enmarcó en un enfoque cualitativo de análisis documental. La técnica utilizada fue la revisión bibliográfica sistemática y, como instrumento, se empleó la ficha de análisis documental. Los resultados mostraron que las competencias más recurrentes incluyeron el pensamiento crítico, la ética investigativa, el manejo de métodos como base para el cuestionamiento filosófico investigativo, la empatía como medio para comprender la realidad social y la capacidad de divulgar los hallazgos de manera efectiva. Se concluyó que la planificación curricular ha sido reconocida como eje central para el aprendizaje, junto con el manejo de herramientas tecnológicas y la interdisciplinariedad, las cuales dan lugar al logro de la calidad investigativa y la formación integral de los investigadores sociales.
Descriptores: Competencias investigativas; investigadores sociales; revisión sistemática; pensamiento crítico; ética académica. (Tesauro UNESCO).
ABSTRACT
The aim of this study was to analyze the fundamental competencies that social researchers should develop in the academic and professional context. It was framed in a qualitative approach and the documentary analysis. The systematic bibliographic review was used as a technique and, the documentary analysis form was used as an instrument. The results showed that the most recurrent competencies included critical thinking, research ethics, management of methods as a basis for philosophical research questioning, empathy as a means of understanding social reality and the ability to disseminate findings effectively. It was concluded that curricular planning has been recognized as a central axis for learning, together with the use of technological tools and interdisciplinarity, which lead to the achievement of research quality and the integral formation of social researchers.
Descriptors: Research competencies; social researchers; systematic review; critical thinking; academic ethics. (UNESCO Thesaurus).
INTRODUCCIÓN
La investigación social constituye un pilar fundamental para el desarrollo del conocimiento en las ciencias humanas y sociales, ya que permite comprender fenómenos culturales, económicos, políticos y educativos desde diversas perspectivas (Esteves et al., 2021). Los investigadores sociales desempeñan un papel crucial al generar evidencia que orienta políticas públicas, estrategias educativas y soluciones a problemáticas sociales complejas (Coello, Esteves & Garcés, 2023; Machuca, 2024). En este sentido, el desempeño efectivo de un investigador no depende únicamente del acceso a información o herramientas metodológicas, sino también del desarrollo de un conjunto de competencias específicas que le permitan planificar, ejecutar y comunicar investigaciones de manera rigurosa y ética (Esteves et al., 2021; Ricardo & Ricardo, 2018).
Diversos autores coinciden al afirmar que las competencias de los investigadores sociales incluyen, entre otras, el pensamiento crítico, la capacidad analítica, la ética profesional, la habilidad para recopilar y analizar datos mediante el uso de herramientas tecnológicas como la inteligencia artificial (IA) para la comunicación científica (Behnamnia et al., 2024; Xu et al., 2023; Behnamnia et al., 2024; Pástor et al., 2020; González, Vidal del Río & Ramos, 2019; Ricardo & Ricardo, 2018). Estas competencias se consideran esenciales para asegurar que los estudios sean válidos, confiables y socialmente responsables. Además, la formación en competencias investigativas permite a los estudiantes y profesionales enfrentar desafíos propios del contexto académico y profesional, contribuyendo al fortalecimiento de la calidad y relevancia de la investigación social (Astoray, 2024; Aldana & Isea, 2024; Маrushkevych et al., 2022; Yucra, 2023).
En el ámbito académico, se ha observado que los programas de formación en investigación suelen centrarse en la adquisición de conocimientos técnicos, dejando en ocasiones de lado la consolidación de habilidades prácticas y de competencias transversales (Behnamnia et al., 2024; Aldana & Isea, 2024). Esto evidencia la necesidad de realizar estudios que sistematicen la información existente sobre las competencias requeridas por los investigadores sociales, identificando las tendencias de la literatura científica.
Por otra parte, este estudio permite contrastar la información teórica con las competencias en formación, evidenciando cómo los estudiantes aplican habilidades investigativas en situaciones reales (Behnamnia et al., 2024; Маrushkevych et al., 2022). Este enfoque combinado contribuye a una comprensión más integral de la preparación requerida para desempeñarse como investigador social competente.
Además, las competencias de los investigadores sociales no solo se limitan a la dimensión técnica o metodológica, sino que abarcan aspectos interpersonales y éticos fundamentales para interactuar con comunidades, instituciones y actores sociales. La capacidad de establecer relaciones de confianza, manejar información sensible y tomar decisiones responsables en contextos complejos o virtuales constituye un componente central de la formación investigativa (Pástor et al., 2020).
Otro aspecto relevante es la importancia de la adaptabilidad y la innovación. Los investigadores sociales deben enfrentarse a escenarios cambiantes, donde los problemas a estudiar pueden presentar dinámicas imprevisibles (Isea, Gómez & Comas, 2023). La habilidad para ajustar estrategias metodológicas, seleccionar herramientas pertinentes y generar soluciones creativas permite que la investigación se mantenga relevante y eficaz (Behnamnia et al., 2024; Coello et al, 2023).
Asimismo, la revisión sistemática de competencias permite identificar tendencias y vacíos en la literatura, evidenciando áreas que requieren mayor atención en la formación académica (Aldana & Isea, 2024). Por ejemplo, se observa un creciente énfasis en la alfabetización digital y el manejo de tecnologías de información como herramientas esenciales para la recolección y análisis de datos en investigaciones contemporáneas (Hofman et al., 2021).
Finalmente, comprender la diversidad de competencias necesarias y de métodos investigativos permite optimizar la práctica profesional de los investigadores sociales y, a su vez, orientar políticas educativas y curriculares, promoviendo programas de formación integral que combinen conocimientos teóricos, habilidades prácticas y valores éticos, aprovechando las herramientas de recolección de datos como bases para el cuestionamiento filosófico investigativo (Behnamnia et al., 2024; Isea et al., 2023; Machuca, 2024; Ricardo & Ricardo, 2018). Esto asegura que la investigación social produzca resultados de calidad, con impacto real en la sociedad y en la construcción de conocimiento científico confiable (González et al., 2019).
En consecuencia, el presente artículo tuvo como objetivo realizar una revisión sistemática de la literatura sobre las competencias de los investigadores sociales, con el fin de identificar, clasificar y analizar los conocimientos, habilidades y actitudes que son consideradas esenciales para el ejercicio profesional (Behnamnia et al., 2024). La relevancia de este estudio radica en proporcionar una base sólida para fortalecer la formación académica, orientar la práctica profesional y contribuir al desarrollo de investigaciones de calidad en el ámbito social (Esteves et al., 2021; Aldana & Isea, 2024; Yucra, 2023).
MÉTODO
En cuanto al tipo de investigación, se trató de un estudio documental de revisión sistemática, en el cual se organizó la información proveniente de los artículos científicos, que abordaron competencias investigativas en ciencias sociales (Astoray, 2024; Aldana & Isea, 2024). La técnica empleada fue la revisión bibliográfica sistemática y los instrumentos utilizados incluyeron las fichas de análisis documental, las cuales permitieron registrar las diversas categorías emergentes.
Como criterios de inclusión se establecieron los siguientes:
· Documentos publicados entre 2015 y 2025.
· Artículos, tesis o libros que abordaran competencias de investigadores sociales.
· Publicaciones en español o inglés con acceso a texto completo.
· Estudios aplicados en contextos educativos o profesionales relacionados con la investigación social.
Por otro lado, los criterios de exclusión fueron:
· Fuentes no académicas, blogs o páginas web sin respaldo científico.
· Documentos que no presentaran información clara sobre las competencias investigativas.
· Estudios centrados exclusivamente en otras áreas del conocimiento fuera de las ciencias sociales.
Esta metodología permitió obtener un análisis riguroso y sistemático de las competencias esenciales para los investigadores sociales, integrando información teórica y evidencia empírica de la práctica de los estudiantes, garantizando resultados confiables y contextualizados.
Según la tabla 1, el pensamiento crítico se considera la competencia central de los investigadores sociales, ya que asegura que los hallazgos sean fiables y se basen en la evidencia. Esta habilidad permite diferenciar información válida de datos insuficientes o sesgados (Xu et al., 2023).
Tabla 1.
Categoría 1: Pensamiento Crítico.
Descripción |
Principal aporte |
Capacidad para analizar información de manera reflexiva, identificar supuestos y evaluar evidencia de manera objetiva. |
Permite la toma de decisiones fundamentadas y la elaboración de conclusiones sólidas en la investigación social. |
Elaboración: Los autores.
De acuerdo con a tabla 2, la ética profesional es esencial para proteger a los participantes y mantener la credibilidad de la investigación. Su presencia evidencia un compromiso con prácticas responsables y socialmente aceptables (Ricardo & Ricardo, 2018).
Tabla 2.
Categoría 2: Ética Profesional.
Descripción |
Principal aporte |
Respeto por los principios éticos en la investigación, manejo responsable de datos y consideración por los participantes. |
Garantiza la integridad de la investigación y la confianza de las comunidades y sujetos estudiados. |
Elaboración: Los autores.
Según la tabla 3, esta competencia asegura que los investigadores puedan seleccionar y aplicar metodologías apropiadas a los problemas sociales, incrementando la validez y relevancia de sus hallazgos.
Tabla 3.
Categoría 3: Manejo de Métodos y Técnicas de Investigación.
Descripción |
Principal aporte |
Dominio de métodos cualitativos, cuantitativos y mixtos, así como de herramientas de recolección y análisis de datos. |
Facilita la ejecución rigurosa de estudios científicos y la obtención de resultados confiables. |
Elaboración: Los autores.
Según la tabla 4, la capacidad de comunicar resultados fortalece la visibilidad del trabajo investigativo y facilita su impacto en políticas públicas, educación y comunidades tanto presenciales como virtuales (Machuca, 2024; Pástor et al., 2020; Yucra, 2023).
Tabla 4.
Categoría 4: Comunicación Científica.
Descripción |
Principal aporte |
Habilidad para redactar informes, artículos y presentaciones de manera clara, precisa y estructurada. |
Permite la difusión efectiva del conocimiento generado y su comprensión por la comunidad académica y social. |
Elaboración: Los autores.
En atención a la tabla 5, esta competencia es clave para transformar datos en información útil, asegurando que la investigación aporte evidencia significativa y útil para la toma de decisiones.
Tabla 5.
Categoría 5: Análisis de Información.
Descripción |
Principal aporte |
Capacidad de organizar, interpretar y sintetizar datos para generar conclusiones relevantes. |
Contribuye a la producción de conocimiento sólido y fundamentado sobre fenómenos sociales. |
Elaboración: Los autores.
De acuerdo con la tabla 6, la flexibilidad en la investigación social garantiza que los proyectos puedan responder a dinámicas complejas y contextos diversos, favoreciendo la resiliencia profesional.
Tabla 6.
Categoría 6: Adaptabilidad e Innovación.
Descripción |
Principal aporte |
Capacidad de ajustar estrategias metodológicas y emplear soluciones creativas frente a retos y contextos cambiantes. |
Permite mantener la relevancia de la investigación y superar obstáculos inesperados. |
Elaboración: Los autores.
Según la tabla 7, la investigación social suele implicar trabajo en equipo; esta competencia fortalece la coordinación y cooperación, optimizando la calidad y alcance de los estudios (Yucra, 2023).
Tabla 7.
Categoría 7: Trabajo Colaborativo.
Descripción |
Principal aporte |
Habilidad para interactuar con equipos multidisciplinarios, compartir responsabilidades y contribuir al logro de objetivos comunes. |
Fomenta la construcción colectiva del conocimiento y enriquece los resultados investigativos. |
Elaboración: Los autores.
En la era digital, la capacidad de manejar herramientas tecnológicas es esencial para acceder a fuentes, procesar datos y comunicar resultados de manera efectiva (Pástor et al., 2020) (tabla 8).
Tabla 8.
Categoría 8: Alfabetización Digital y Manejo de TIC.
Descripción |
Principal aporte |
Uso competente de tecnologías de información para recopilar, analizar y difundir datos. |
Incrementa la eficiencia en la gestión de la información y facilita la investigación en entornos digitales (Hofman et al., 2021). |
Elaboración: Los autores.
Las 8 categorías emergentes identificadas reflejan un conjunto integral de competencias esenciales para los investigadores sociales, abarcando dimensiones cognitivas, éticas, metodológicas, comunicativas y tecnológicas. En este sentido, es menester tener en cuenta que el estudiante de cualquier área debe contar con un docente de investigación social bioética y holística, donde participen dichos estudiantes, la comunidad y los co-participantes, en función de llevar a cabo investigaciones pertinentes en lo socioeducativo, donde se evidencie la sinergia, la humildad y la divulgación de conocimientos (Maddens et al., 2023) para la resolución de problemas con calidad investigativa.
En conjunto, estas competencias evidencian que el ejercicio profesional en la investigación social no depende únicamente del conocimiento técnico, sino de la combinación de habilidades, actitudes y valores que permiten enfrentar contextos complejos, tecnológicos y dinámicos (Behnamnia et al., 2024; Ricardo & Ricardo, 2018).
En términos cognitivos, competencias como el pensamiento crítico y el análisis de información aseguran que los investigadores puedan interpretar datos de manera rigurosa y generar conclusiones fundamentadas. Estas habilidades se complementan con el manejo de métodos y técnicas de investigación, que garantizan la validez y confiabilidad de los estudios (Xu et al., 2023).
Las competencias éticas y sociales, como la ética profesional y el trabajo colaborativo, resaltan la importancia de la responsabilidad y la interacción efectiva con equipos y comunidades, contribuyendo a investigaciones más inclusivas, respetuosas y socialmente relevantes (Ricardo & Ricardo, 2018).
Por otro lado, competencias como la comunicación científica, la alfabetización digital y la adaptabilidad e innovación reflejan la necesidad de formar investigadores versátiles, capaces de difundir sus hallazgos de manera clara y de incorporar tecnologías y estrategias creativas para responder a desafíos contemporáneos (Hofman et al., 2021; Coello et al., 2023; Isea et al., 2023; González et al., 2019).
En síntesis, el análisis general evidencia que las competencias de los investigadores sociales son multidimensionales e interdependientes: la ausencia o debilidad en alguna de ellas podría limitar la calidad, el alcance y la pertinencia de la investigación. Esta integración de habilidades técnicas, éticas y comunicativas constituye un marco de referencia útil tanto para la formación académica como para la práctica profesional en ciencias sociales (Aldana & Isea, 2024; Ricardo & Ricardo, 2018).
DISCUSIÓN
Los resultados obtenidos muestran que las competencias identificadas son multidimensionales y reflejan la complejidad del rol del investigador social. La presencia de habilidades cognitivas, éticas, metodológicas y tecnológicas indica que la formación de investigadores no puede limitarse al dominio de técnicas, sino que debe integrar aspectos reflexivos, sociales y comunicativos (Behnamnia et al., 2024; Ricardo & Ricardo, 2018).
La categoría del pensamiento crítico confirma algunos hallazgos previos de Xu et al. (2023), quienes sostienen que la capacidad de analizar y evaluar evidencia es esencial para la investigación rigurosa. De manera similar, el análisis de información se alinea con la importancia de transformar datos en conocimiento útil y aplicable a problemas sociales.
Respecto a la ética profesional, los resultados coinciden con estudios de Ricardo & Ricardo (2018), quienes subrayan que la investigación social requiere un compromiso ético para proteger a los participantes y garantizar la integridad del proceso investigativo. Esta competencia se complementa con el trabajo colaborativo, ya que la interacción con colegas y comunidades requiere responsabilidad y respeto mutuo.
El manejo de métodos y técnicas de investigación refuerza la necesidad de formación sólida en enfoques cualitativos, cuantitativos y mixtos, lo cual confirma que la capacidad metodológica es crucial para garantizar la validez y confiabilidad de los estudios.
En cuanto a la comunicación científica, los resultados destacan su relevancia para la difusión del conocimiento y la vinculación con la comunidad académica en pro de su avance (Aldana & Isea, 2024; González et al., 2019).
Por otro lado, las competencias relacionadas con adaptabilidad e innovación y alfabetización digital reflejan tendencias contemporáneas en la investigación social, donde la capacidad de incorporar nuevas tecnologías y ajustar estrategias metodológicas es determinante para mantener la pertinencia de los estudios (Hofman et al., 2021; Coello et al., 2023; Isea et al., 2023; Pástor et al., 2020). Esto se alinea con la necesidad de acudir a la flexibilidad y a la creatividad en la investigación moderna.
En general, estos hallazgos sugieren que las competencias de los investigadores sociales no deben ser consideradas de manera aislada, sino como un conjunto integrado que potencia la efectividad, la ética y el impacto de la investigación. Además, se evidencia la importancia de incluir la práctica y la observación de estudiantes en formación como complemento para conectar la teoría con la aplicación práctica en contextos reales (Маrushkevych et al., 2022; Ricardo & Ricardo, 2018).
En síntesis, la discusión demuestra que la formación de investigadores sociales requiere un enfoque integral que combine conocimientos técnicos, habilidades analíticas, capacidades comunicativas, valores éticos y competencias digitales, consolidando así un perfil profesional capaz de generar investigaciones rigurosas, relevantes y socialmente responsables (Behnamnia et al., 2024 Pástor et al., 2020; Ricardo & Ricardo, 2018).
Otro aspecto relevante lo constituye la importancia de la reflexión metacognitiva en el desarrollo de las competencias investigativas (Astoray, 2024; Esteves et al., 2021). La revisión documental evidenció que los investigadores sociales avanzan en su formación cuando no solo aplican técnicas, sino también reflexionan sobre sus procesos de investigación, identificando fortalezas, debilidades y opciones de mejora. Esta capacidad de autorregulación cognitiva es fundamental para la optimización continua y la consolidación del profesionalismo en el ámbito social (Pástor et al., 2020).
Asimismo, los resultados muestran que la contextualización de la investigación es una competencia estratégica. Los investigadores sociales exitosos adaptan sus métodos, instrumentos y enfoques a las realidades socioculturales y políticas de los entornos donde trabajan, tomando como enfoque la empatía como medio para comprender el acontecer social (Molina, 2019). Esto asegura que los estudios sean pertinentes, culturalmente sensibles y útiles para la comunidad.
Finalmente, lo emergido resalta la importancia de la formación interdisciplinaria, ya que los investigadores sociales requieren conocimientos de áreas complementarias (estadística, sociología, psicología y políticas públicas) que enriquecen su análisis y potencian la aplicabilidad de los resultados. Esta dimensión interdisciplinaria es cada vez más demandada en contextos académicos y profesionales complejos, donde los problemas sociales requieren enfoques integrales y colaborativos (Aldana & Isea, 2024). Todas las competencias antes descritas promueven la reflexión crítica, la resolución de problemas y la formación integral del investigador social comprometido con el cambio.
CONCLUSIONES
Las competencias identificadas, tales como: pensamiento crítico, ética profesional, manejo de métodos, comunicación científica, análisis de información, adaptabilidad, trabajo colaborativo y alfabetización digital mediante le uso de la IA, constituyen un perfil integral para el desempeño efectivo de los investigadores sociales, evidenciando que estas habilidades son interdependientes y complementarias (Behnamnia et al., 2024; Xu et al., 2023; González et al., 2019; Ricardo & Ricardo, 2018).
La capacidad de reflexionar sobre los propios procesos investigativos y de autorregular la práctica profesional es crucial para consolidar la competencia investigativa, mejorar la calidad de los estudios y fortalecer la profesionalidad de los investigadores (Pástor et al., 2020; Yucra, 2023).
Cabe acotar que la adaptación de métodos y enfoques al contexto sociocultural, así como la integración de conocimientos de distintas disciplinas, son competencias estratégicas que garantizan investigaciones pertinentes, socialmente responsables y con impacto real.
Por otro lado, el manejo de herramientas digitales y la capacidad de comunicar resultados de manera clara y rigurosa son esenciales en la investigación contemporánea, facilitando la difusión de conocimiento y su aplicación en la comunidad académica y social (Aldana & Isea, 2024; Pástor et al., 2020; González et al., 2019).
Desde esta perspectiva, la formación de estudiantes evidenció que la combinación del aprendizaje teórico y aplicación práctica permite consolidar competencias, evidenciando la necesidad de experiencias formativas integradas para la formación de investigadores sociales competentes (Маrushkevych et al., 2022).
La revisión sistemática demostró que la formación de investigadores sociales requiere un enfoque integral, combinando habilidades técnicas, éticas, cognitivas, comunicativas y digitales, con capacidad de adaptación al contexto y reflexión continua, asegurando investigaciones de calidad, pertinentes y socialmente responsables (Behnamnia et al., 2024; Pástor et al., 2020; Ricardo & Ricardo, 2018).
La investigación social requiere que los investigadores desarrollen habilidades de gestión y planificación de proyectos, ya que la organización eficiente de recursos, tiempos y actividades impacta directamente en la calidad y viabilidad de los estudios (Behnamnia et al., 2024).
Los hallazgos mostraron que los investigadores exitosos poseen capacidad de evaluación crítica de fuentes y literatura, lo cual les permite seleccionar información relevante, identificar vacíos en el conocimiento existente y fundamentar adecuadamente sus estudios (Corona et al., 2024).
Se evidenció que la sensibilidad social y cultural ha constituido una competencia esencial. Comprender el contexto de los sujetos investigados y respetar sus particularidades, mejora la pertinencia de los estudios y fomenta relaciones de confianza entre investigadores y comunidades (Maddens et al., 2023).
Finalmente, los investigadores sociales requieren resiliencia y perseverancia, ya que en los procesos investigativos suelen enfrentar obstáculos metodológicos, éticos o logísticos; cualidades que permiten mantener la continuidad y la calidad de la investigación a pesar de los desafíos (Ricardo & Ricardo, 2018).
Ante lo expuesto, se recomienda lo que sigue: fortalecer la formación en planificación y gestión de investigación, incorporando módulos prácticos que desarrollen habilidades de organización de proyectos, administración de recursos y programación de actividades investigativas (Yucra, 2023); asimismo, se sugiere promover la alfabetización crítica en la revisión de literatura científica, enseñando a los estudiantes a evaluar fuentes, identificar vacíos y sintetizar información de manera rigurosa, a fin de fortalecer sus capacidades investigativas sólidas (Маrushkevych et al., 2022; Pástor et al., 2020; Yucra, 2023). Por último, se recomienda fomentar la sensibilización social y cultural mediante la implementación de experiencias prácticas que permitan a los estudiantes interactuar con comunidades diversas, desarrollando la empatía, el respeto y la adaptabilidad en contextos reales de investigación.
FINANCIAMIENTO
No monetario.
AGRADECIMIENTOS
Agradecemos a quienes cooperaron con este recorrido teórico e investigativo, por sus loables aportes al desarrollo de la presente revisión sistemática.
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